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El gran potencial de México para el Nearshoring

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La relocalización de empresas es un fenómeno global que está reacomodando las cadenas de valor en los sectores de manufactura, agrícola y agroindustrial, así como en la proveeduría de servicios. Derivado de la pandemia de COVID-19, los altos costos de flete en transportes transoceánicos, y los diversos conflictos bélicos a nivel internacional, las empresas buscan acortar sus cadenas de valor y acercarlas a sus principales mercados. México se está beneficiando de este fenómeno conocido como Nearshoring, en gran medida debido al Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) que garantiza un acceso irrestricto al mercado de Estados Unidos y a Canadá para prácticamente todos sus productos de exportación. Somos uno de los pocos países del mundo que gozan de esta ventaja al exportar al mercado más atractivo del mundo.

El Nearshoring es real y apenas comienza, y la prueba de su impacto es que en 2023 México recibió más de $36 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED), cifra histórica que nos coloca como uno de los principales receptores de inversión entre los países en vías de desarrollo. Adicionalmente, gracias al TMEC nos hemos consolidado como el principal socio comercial de Estados Unidos, con un comercio bilateral que el año pasado rebasó los $800 mil millones de dólares. Eso significa que cada día cruzan por nuestra frontera norte cerca de $2,500 millones de dólares en mercancías. Las empresas multinacionales ven un enorme atractivo para invertir en México debido a su cercanía con EEUU, su red de Tratados de Libre Comercio con 50 países, y por supuesto, un mercado interno de 130 millones de personas con una clase media creciente.

Asimismo, la apertura comercial le ha permitido a México construir una plataforma productiva de calidad mundial en manufactura, con una fuerza laboral joven y capacitada. A nivel regional, los enormes avances tecnológicos del sector energético en los últimos 25 años colocan a Norte América como la región más competitiva en términos de disponibilidad y costos de energía.

Derivado de estas ventajas, están llegando inversiones muy importantes en sectores estratégicos para México, como lo son la industria automotriz, aeroespacial, electrónica, equipo médico, telecomunicaciones, y maquinaria y equipo, entre muchos otros. De la mano de este auge manufacturero se están generando enormes oportunidades de inversión en la economía digital, que ya es uno de los sectores de mayor crecimiento en todo el mundo. La penetración de las principales plataformas de comercio electrónico en nuestro país está cambiando el paradigma empresarial, multiplicando las transacciones digitales B2B y B2C, lo cual genera un círculo virtuoso que le ha permitido a México tener una de las tasas más altas de crecimiento del comercio electrónico a nivel global en los últimos tres años.

Estados Unidos ha sido siempre el principal inversionista extranjero en México, pero gracias a la relocalización de las cadenas de valor nuestras fuentes de IED se están diversificando.

En 2022, México recibió $36 mil millones de dólares de IED, un monto similar al que recibimos en 2018. Sin embargo, mientras que hace seis años el 50% de la inversión que llegaba a nuestro país provenía de EEUU, en 2022 este monto se redujo a 43%.

Estamos viendo un crecimiento importante de la inversión europea y asiática, debido a que las empresas de estas regiones saben que el establecerse en México les permite cumplir con las reglas de origen del T-MEC y exportar sus productos libres de arancel a Estados Unidos y Canadá.

El Nearshoring ha recibido un impulso importante por parte de los Jefes de Estado de los países miembros del T-MEC. En la Cumbre de Líderes de América del Norte que tuvo lugar en México en 2023, los presidentes Biden y López Obrador, junto con el Primer Ministro Trudeau, reafirmaron su compromiso con la integración económica de Norteamérica y con la visión de construir la región más competitiva del mundo. Uno de los principales compromisos de dicha cumbre fue coordinar esfuerzos entre los tres países para atraer inversión en sectores del futuro, tales como semiconductores, baterías de litio, y equipo médico de alta tecnología, entre otros. En paralelo, Estados Unidos ha aprobado leyes que promoverán el desarrollo industrial en ese país (CHIPS Act; Inflation Reduction Act), y que por primera vez permitirán que la producción mexicana y canadiense en estos sectores estratégicos se beneficien de los subsidios de la nueva política industrial estadounidense.

La mesa está puesta para que la inversión siga fluyendo hacia nuestra región y hacia México en particular, pero para aprovechar al máximo los beneficios del T-MEC y el potencial del Nearshoring, debemos asegurar lo siguiente:

  1. La correcta implementación del TMEC. El Tratado es el incentivo más atractivo para los inversionistas extranjeros, por el acceso a Estados Unidos y la certidumbre jurídica que brinda. Por lo tanto, garantizar el cumplimiento de los compromisos del T-MEC debe ser una prioridad para México.
  2. Garantizar el suministro de energía, y que esta provenga de fuentes renovables. Los líderes de América del Norte se comprometieron a avanzar hacia una transición energética basada en las energías limpias. Ahora debemos asegurarnos de que esto se traduzca en políticas públicas en los tres países que promuevan esta transición.
  3. La capacitación constante de la fuerza laboral. En un entorno productivo con cambios tecnológicos vertiginosos, es esencial para México poder garantizar la disponibilidad de mano de obra calificada para triunfar en los sectores del futuro.
  4. Desarrollar la proveeduría nacional e incrementar el valor de contenido nacional en nuestras exportaciones. En México, los salarios en las empresas que exportan son en promedio 40% superiores a los salarios en sectores que no están involucrados en el comercio internacional. En un país donde el 96% de las empresas son micro y pequeñas, el Nearshoring y el T-MEC ofrecen enormes oportunidades para insertar a nuestros pequeños emprendedores en el tren exportador.

La relocalización de empresas ofrece grandes oportunidades en una gama muy amplia de sectores, la cual se ampliará conforme México vaya expandiendo su capacidad tecnológica, la calidad de su fuerza laboral, y su oferta energética.

Tenemos frente a nosotros una ventana histórica en la que Estados Unidos se ha dado cuenta de que la unión hace la fuerza, y que para competir con éxito en el mundo necesita a México y a Canadá.

México podría estar captando anualmente $65-$70 mil millones de dólares de inversión extranjera directa gracias a las ventajas que ofrecen el T-MEC y el fenómeno de relocalización de empresas.

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