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Electrificación del último kilómetro
La descarbonización del tráfico local de reparto tendría un enorme impacto sobre las emisiones del trasporte y las cadenas de suministro globales.
El transporte de bienes desde las fábricas a las tiendas locales o a la puerta de los consumidores representa una cifra estimada del 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero globales.1 Aunque los trayectos a menudo abarcan más de un continente, aproximadamente la mitad de todas las emisiones se generan en la última parte de la cadena de valor: el trayecto relativamente corto que va desde un almacén al punto de compra.2
Los barcos de carga más grandes, pueden llegar a producir menos del 1% de las emisiones generadas para transportar la misma distancia y el mismo volumen de carga por carretera.3 Por este motivo, la transición de las flotas de reparto por carretera a camiones y camionetas eléctricas o la utilización de combustibles de bajas emisiones de carbono para los vehículos tradicionales, puede tener una repercusión muy significativa sobre las emisiones generales.
Las empresas están tomando medidas. En nuestra encuesta reciente Transición a un futuro cero emisiones netas de HSBC, 8 de cada 10 empresas de logística citaron a la transición a cero emisiones netas como una de sus tres principales prioridades empresariales.
Juntos en flotas eléctricas
Los principales operadores mundiales de reparto de último kilómetro, incluidas UPS, FedEx y Amazon Logistics, han asumido compromisos audaces para la electrificación de sus flotas. Por ejemplo, Amazon anunció la puesta en circulación de 100,000 camionetas eléctricas en todo Estados Unidos para el 2030.4
La popularidad de los vehículos eléctricos de dos ruedas también ha crecido para repartos hiperlocales, como los repartos de comida preparada.
Cambiar a vehículos de reparto eléctricos puede suponer una inversión inicial relativamente alta, dado que el costo de adquisición es mayor si se compara con los vehículos con motor de combustión interna. Sin embargo, como el costo de dar mantenimiento y de usar los vehículos eléctricos es considerablemente inferior, los estudios muestran que se convierten en la opción más rentable si se usan por un periodo de ocho años, ello además del beneficio que dan en términos de la reducción de emisiones.5
Las mejoras en la tecnología de baterías y de eficiencia energética son un argumento de peso para que las empresas hagan el cambio a vehículos de reparto eléctricos. Con las herramientas de financiamiento adecuadas, este cambio puede ser extremadamente beneficioso para las empresas comprometidas con la sustentabilidad.
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La tecnología también permite a los empresarios de la cadena de frío, como ThermoKing, electrificar sus tráileres refrigerados, conocidos en inglés como reefers, en lugar de utilizar un motor de diésel adicional para controlar la temperatura. Para camiones más pequeños, el que las unidades de enfriamiento funcionen con baterías también reduce la necesidad de que los motores permanezcan encendidos cuando están estacionados, lo que, de nuevo, mejora la eficiencia y reduce emisiones.
De hecho, nuestra encuesta de Transición a un futuro cero emisiones netas de HSBC señaló que casi la mitad (47%) de las empresas de logística señalaron que los desarrollos tecnológicos aceleran su proceso hacia las cero emisiones netas y los califican como su acelerador principal.
Cambiar a vehículos eléctricos y mejorar la eficiencia energética se encuentran entre las iniciativas más comunes que aplican las empresas de logística para contrarrestar las emisiones de alcance 1 y 2.
Incentivos e infraestructura
Los vehículos eléctricos se han hecho cada vez más accesibles con cada modelo nuevo producido por los fabricantes. En HSBC contribuimos a impulsar el cambio en este frente con el apoyo que brindamos a fabricantes de automóviles como Geely, empresa china que está aumentando su producción de vehículos eléctricos.6 Farizon, la división de vehículos comerciales de Geely, tiene pensado comercializar un camión eléctrico en 2024.
La ley para la reducción de la inflación (Inflation Reduction Act, IRA) de Estados Unidos, que se firmó el año pasado, también impulsará el mercado de vehículos eléctricos a través de ofrecer deducibles fiscales para vehículos limpios: hasta $7,500 dólares para vehículos de carga media y ligera y $40,000 dólares para vehículos de carga pesada. En febrero, la Comisión Europea propuso límites de emisiones más estrictos para vehículos de carga pesada, incluida una reducción del 90% de las emisiones para 2040, comparada con los niveles de 2019.
Pero hay obstáculos. Mientras que las mejoras en la tecnología de las baterías permiten la electrificación de vehículos más grandes para mayores distancias, la falta de infraestructura de carga impide la adopción masiva de flotas eléctricas. Además, cargar un vehículo eléctrico también requiere más tiempo que llenar un tanque de combustible, lo que puede suponer menores márgenes para las empresas de reparto, puesto que obliga a los vehículos a estar fuera de circulación por más tiempo.
La buena noticia es que la inversión en la infraestructura de carga eléctrica está creciendo rápidamente. En HSBC colaboramos con empresas como ChargePoint y Blink Charging en la expansión de sus redes globales de carga de vehículos eléctricos y, simultáneamente, las principales empresas de logística están instalando sus propios cargadores en sus centros de distribución.
Contar con mejor acceso a puntos de carga no solo facilitaría el uso de vehículos eléctricos, sino que también permitiría el uso de baterías más pequeñas, lo que las haría considerablemente más económicas.
La electrificación del transporte carretero no se refiere solamente a fabricar más automóviles y camiones eléctricos. También es urgente aumentar la infraestructura que estos requieren.
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Cambio de comportamiento
Hacer el cambio a vehículos de cero emisiones es fundamental para la transición del sector de logística, sin embargo, hay otra serie de pasos que las empresas pueden dar para reducir su huella de carbono.
Como solución temporal previo a lograr la neutralidad en carbono, acciones tan sencillas como sustituir los viejos y contaminantes camiones y camionetas por modelos más eficientes puede tener un gran impacto; especialmente en los países en desarrollo en los que la infraestructura para la carga de vehículos eléctricos no está disponible actualmente y donde los suelen permanecer en funcionamiento más allá de su vida útil recomendada.
Otro método importante para limpiar el último kilómetro consiste en utilizar casilleros para paquetes o sistemas de distribución omnicanal en tiendas físicas para poner al inventario más cerca de los clientes y evitar las entregas puerta a puerta, que son costosas y requieren un elevado consumo de combustible, además del impacto de tener que realizar varios viajes por entregas fallidas. Esto puede resultar particularmente eficiente si los consumidores están dispuestos a desplazarse a los puntos en los que se encuentran los casilleros y si lo pueden hacer sin generar más emisiones.8
Incluso solo convencer a los consumidores de que esperen un poco más para recibir sus paquetes puede ser benéfico para el clima. Un estudio del MIT concluyó que los envíos urgentes, que aumentan el número de desplazamientos y reducen los factores de carga, pueden aumentar las emisiones de carbono hasta en un 15% y el costo hasta 68%.9
Las empresas de transporte y logística están conscientes de las consecuencias del comportamiento de los clientes sobre su perfil de emisiones. En nuestra encuesta Transición a un futuro cero emisiones netas, los costos adicionales relacionados con el carbono figuran entre las principales acciones que se llevan a cabo para reducir las emisiones en el sector de transporte carretero y por ferrocarril.
Otra tendencia importante son las alianzas. Las empresas de logística pueden optar por trabajar juntas y permitir mutuamente acceso a sus redes para eliminar las costosas redundancias y reducir las emisiones. El servicio postal de Estados Unidos (USPS), por ejemplo, ofrece servicios de entrega por tierra para ayudar a que otras empresas de logística entreguen los paquetes en su destino final.10 Además, las empresas pueden compartir la infraestructura de entrega, como redes de distribución interoperativas y casilleros para almacenar paquetes en los que los clientes pueden recoger o depositar sus envíos.
Optimización impulsada por la tecnología
El uso de datos y tecnología juega un papel cada vez más importante en la lucha contra las emisiones del último kilómetro. DHL, por ejemplo, otorgó financiamiento a una start-up que desarrolló un algoritmo para considerar factores como emisiones de carbono por tipo de vehículo y los límites del rango de los vehículos eléctricos para establecer rutas más ecológicas.11
HSBC está contribuyendo a un mayor uso de soluciones tecnológicas para el sector del transporte a través del financiamiento de emprendimientos como la empresa Via, que utiliza datos para mejorar la eficiencia del transporte urbano.12
En un futuro más lejano, es probable que la tecnología aporte nuevas soluciones amigables con el medio ambiente para la logística de la última milla. Hay empresas de logística, incluidas Aramex, con sede en Emiratos Árabes Unidos, y DoorDash en Australia, que están haciendo pruebas con drones eléctricos. Además, los avances en los vehículos de conducción autónoma están preparando el terreno para flotas de robots de reparto operados por baterías, como los desarrollados por Starship, que recibió financiamiento del Banco Europeo de Inversiones.13
Nuestra encuesta Transición a un futuro cero emisiones netas de HSBC mostró que las empresas de logística están aumentando su gasto en iniciativas de cero emisiones netas: 43% esperan asignar por lo menos una décima parte de sus inversiones de capital a la descarbonización en los próximos 2-3 años, frente al 29% actual.
En la medida que estas empresas electrifiquen sus flotas, incentiven a sus clientes a elegir opciones de reparto de bajo carbono y utilicen la tecnología para gestionar sus vehículos y rutas de la manera más eficiente posible, sus ganancias en eficiencia tendrán un impacto positivo tanto para el clima como para su cuenta de resultados.
Actualmente, financiamos a diversas industrias que contribuyen de forma significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero. Tenemos un proyecto para ayudar a nuestros clientes a reducir sus emisiones y también para reducir las nuestras. Para obtener más información, visita: https://www.hsbc.com/who-we-are/our-climate-strategy